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ACRO valora positivamente la realización de esta primera evaluación de ámbito regional en tanto que ha permitido una aproximación al trabajo realizado en los últimos a nivel regional así como por las Oficinas Nacionales. Como elementos de aprendizaje destaca la necesidad de aunar más estrecha y coordinadamente las acciones de las Oficinas en los Países en el marco de la Guía Estratégica regional para el Empoderamiento Político de las Mujeres, al tiempo que cada Oficina encuentra su verdadero nicho y valor añadido atendiendo tanto a las prioridades y circunstancias presentes en cada país como a las sinergias que puedan generarse con otras entidades o agencias que igualmente trabajen para promover la participación política de las mujeres. Es importante señalar que los resultados de la evaluación se producen a los pocos meses del lanzamiento de la Guía Estratégica regional, lo que permite a ACRO identificar los mensajes y estrategias a reforzar, buena parte de los cuales forman parte de esta Respuesta de Gestión.
Respecto a la calidad del informe, destacamos que ha sido valorado como “muy bueno” (GERAAS), en particular, por la trazabilidad entre los hallazgos, conclusiones y recomendaciones. Como aspectos a mejorar, ha sido señalado un cierto sesgo en la presentación de evidencias y resultados hacia algunos países y la necesidad de mejorar la integración del rol del Fondo de Igualdad de Género entre las cuestiones y resultados a valorar.
En relación con la experiencia de evaluación, la implicación de las responsables regionales y nacionales ha sido positiva, así como del Grupo de Referencia. Entre las mejoras potenciales, hubiera sido deseable una mejor coordinación del trabajo de campo de la evaluación con las agendas nacionales de las Oficinas y garantizar, con segundas y terceras peticiones, que todas las informantes clave en cada país fueran entrevistadas y/o provean la información más relevante, evitando ausencias clave. Como segundo elemento de aprendizaje, se sugiere realizar con más profundidad la discusión de las principales evidencias y un borrador de las conclusiones y recomendaciones más sustantivas, buscando fórmulas de participación más tempranas antes de contar con un borrador muy abultado y más allá de los comentarios escritos, no siempre obtenidos. Los plazos formales de entrega del informe, en última instancia, no permitieron disponer de todo el tiempo necesario para explorar estas fórmulas.
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